¡El Estado Costarricense sigue en deuda con las mujeres¡

<* b>El Estado Costarricense sigue en deuda con las mujeres
8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres

Este 8 de marzo, como todos los años desde hace largo tiempo, las mujeres saldremos de nuevo a las calles para exigirle al Estado Costarricense el respeto y protección de nuestros derechos y reivindicar ante la sociedad que somos, precisamente, sujetas de derechos.

En sintonía con el espíritu de lucha que ha inspirado siempre el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, este año nos convocamos frente a la Casa Presidencial para dirigirnos especialmente a la Presidenta de la República, Laura Chinchilla y a su gabinete, y recordarles que como representantes del Estado tienen una deuda muy grande con nosotras, las mujeres, la cual en lugar de mejorar se incrementa con cada año que pasa.

Este año, igual que en el pasado, exigimos al gobierno, a los medios de comunicación y a la sociedad en general:

-El respeto a nuestros derechos laborales: la falta de acciones concretas para la eliminación de las desigualdades y discriminación que todavía existen entre hombres y mujeres en el plano laboral, tanto en obtención de puestos como en salarios; y particularmente la protección de los derechos de las trabajadoras domésticas. Además, en esta época de grave crisis fiscal causada por los grandes empresarios, el Estado quiere recortar una serie de derechos laborales como los pluses salariales atentando contra las condiciones de trabajo del sector público, que afectará particularmente a las mujeres trabajadoras.

-El respeto a nuestros derechos sexuales y reproductivos: la dilatación en el cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para la implementación de la técnica de Fertilización In Vitro y el caso de Aurora, a la cual se le negó su derecho a la salud, son sólo ejemplos que evidencian cómo el Estado y sus instituciones rectoras en lugar de cumplir con su papel de asumir la defensa de la salud y la vida de las mujeres, por el contrario violentan los derechos más básicos de nosotras las mujeres.

-El respeto a nuestro derecho a la vida y a vivir libre de violencia: desde la violencia dentro del hogar, que sigue siendo la más común, hasta el acoso callejero y el femicidio, las mujeres seguimos viviendo atentados en contra de nuestra integridad física. Esta violencia se ve legitimada por la falta de cumplimiento del Estado para la eliminación de los roles y estereotipos de género y la manera en la que las otras formas de violencia impactan a las mujeres.

-El respeto al derecho a la tierra y la defensa de nuestras semillas, ante una acción como la aprobación de cultivos transgénicos en nuestro país, la cual amenaza seriamente la soberanía alimentaria al patentar algo que siempre ha sido de la tierra: el maíz.

-El respeto a la diversidad sexual: denunciamos la discriminación a las personas sexualmente diversas. En el último año, Justo Orozco como presidente de la Comisión de Derechos Humanos en la Asamblea Legislativa se ha encargado de usar su investidura para discriminar a las mujeres y a la comunidad sexualmente diversa. Del mismo modo, el Ministerio de Salud ha declarado de interés público el Congreso de Bioética que forma parte de la arremetida conservadora condenando la homosexualidad.

-El respeto a la libertad de conciencia: el gobierno costarricense junto con el Vaticano están negociando a través de un concordato cómo perpetuar las ventajas de la iglesia católica en materia política, económica y educativa. Al mismo tiempo, mientras que hay una grave crisis fiscal, el Estado costarricense sigue financiando a la iglesia católica, la cual se opone a muchos de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

La gran deuda pendiente del Estado costarricense es el avance hacia la igualdad sustantiva, que va más allá de cuotas, las leyes, etc., porque incluye cambios culturales que transformen nuestras relaciones hacia la igualdad entre hombres y mujeres y todas las formas de exclusión y discriminación.

Compañeras y compañeros, les invitamos a acompañarnos en este acto de conmemoración el viernes 8 de marzo en las afueras de la Casa Presidencial a las 10:00 am. Entre pintura, música y baile recordaremos a todas las mujeres que han luchado por el reconocimiento de nuestros derechos y entregaremos nuestras demandas para el respeto de nuestros derechos.

ESTE 8 DE MARZO NO QUEREMOS FLORES, QUEREMOS DERECHOS

*Suscriben diversas organizaciones feministas y de mujeres de Costa Rica

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Somos hijas del maíz:
8 de marzo Día Internacional de las Mujeres
a las 10;30 frente a Casa Presidencial
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Este 8 de marzo del 2013 vamos a culminar las actividades de la semana bailando al son de “Mujer maíz.”

La canción, a golpe del tambor de Sandra Morán de Guatemala, recoge el sentido de la conexión entre la igualdad y la libertad de las mujeres y la libertad de las semillas del maíz nuestro, libre de transgénicos. Será una coreografía masiva (flashmob) sencilla, colectiva y significativa de la relación de las mujeres con el maíz.

Al final del baile crearemos simbólicamente y compartiremos un banco colectivo de semillas de maíz propio de Costa Rica. Solicitamos de cada persona que legue a la actividad, que traiga un puñado de maíz del nuestro. Ese maíz será colocado en un barril que permanecerá en medio de la danza y luego distribuido para que cada persona se lleve un puñado para guardar – y ojalá sembrar – en su casa u otro lugar.

Invitamos a mujeres y hombres a participar de la danza y la creación del banco, vistiendo algo verde (naturaleza) y algo lila (el color que caracteriza las luchas de las mujeres). En otros países ese día, activistas de la región la Articulación Feminista Petateras también estarán bailando al son de las principales luchas que llevan a cabo por un mundo y una vida mejor para las mujeres y para todos.

Dicen las ciencias naturales de la nutrición que somos los que comemos. Y lo cierto es que hasta ahora, generación tras generación desde que nuestros pueblos originarios poblaron Costa Rica y la región Mesoamericana hasta el día de hoy, todas y todos nos hemos criado con la tortilla del maíz que con el resto de la naturaleza forjaron las abuelas y los abuelos.

El maíz es originario de nuestro continente y está íntimamente ligado a nuestra identidad. El maíz no es solo nuestro alimento, sino que ha forjado nuestra cultura, nuestro territorio y nuestra espiritualidad.

Las mujeres, también desde antaño, hemos sido arte y parte de esa cultura culinaria, cultural e identitaria. Dice la joven costarricense Ariela Mora Franco, que las mujeres siembran, guardan semilla, recogen la cosecha y la transforman en alimento, todo en un proceso integrado que no se separa. “Ella ha fertilizado la tierra, por eso es la expresión de la Pacha Mama, porque ella es vida, por eso su libertad y la de las semillas está ligada”.

Por eso Guadalupe Urbina ha expresado en una canción suya que “… Por eso es maíz mi sangre, Maíz mi piel mi tortilla, El Maíz mi sol, mi luna, Vuelo de quetzal, Madre Tierra, soy tu hija…”

Urbana Baltodano Briceño de Nicoya, Guanacaste es una campesina que cuenta con un banco de semilla y promueve el liderazgo de productoras y productores en la preservación de lo propio. “Mis semillas tienen más de 120 años porque me las dio mi abuelo y me las pasó mi madre; una debe saber lo que consume para saber si es saludable y quienes no producen deben comprar sus alimentos de fuentes que conozcan bien también.” En su casa y su comunidad producen todo lo que consumen: gallinas para el huevo y la carne, chancho para la manteca y la carne, verduras sembradas y el frijol, el maíz y el arroz de semilla propia. “Si no sabemos lo que comemos, nos dan enfermedades y no sabemos de dónde nos vinieron, así no podemos estar sanas.”

Paca Cruz, otra productora agrícola en Santa María de Dota, coincide con Urbana, cuando señala que es imperante sembrar y guardar semillas, irrespetando las leyes de patentización que nos quieren imponer; esa es una forma de resistencia y otra es luchar para que no entren a Costa Rica. “Habernos desligado de lo comemos a través del consumo de productos de la agroindustria y los supermercados ha empobrecido a la humanidad y esa imposición en global, por lo que hay que abordarlo sembrando localmente y luchando a todo nivel.”

En este momento en Costa Rica todo ese bagaje cultural, político, económico y social que gira alrededor del maíz y la soberanía alimentaria se encuentra seriamente amenazado por la solicitud de ingreso maíz transgénico a nuestro país.

La contaminación del maíz transgénico en la región y en el mundo es una invasión destructiva que hacen las corporaciones transnacionales como Monsanto. Buscan monopolizar el mercado del maíz mediante la contaminación de las semillas autóctonas, las cuales al contaminarse con las transgénicas mediante polinización, son consideradas propiedad de Monsanto y sus productoras y productores acusados de robarlas sin pagar derechos de propiedad a la corporación.

Ello impacta negativamente el entramado cultural, económico y social que tenemos con nuestro maíz, el cual ha sido mejorado por siglos de una práctica agrícola saludable y libre, donde las semillas son de la tierra y son compartidas con quienes las mejoran, las siembran y las guardan para futuras siembras. También son de quienes las convierten en alimento y esas son principalmente las mujeres.

Por eso este 8 de marzo, Día Internacional de las mujeres, nos unimos las mujeres y nos sumamos a las múltiples y diversas voces que en Costa Rica dicen NO a la entrada de maíz transgénico y han dicho un SI a la vida, a la salud y a la libertad en igualdad, libre de violencia y por el respeto a los derechos humanos y a las formas de vida del resto del planeta.

“Somos mujeres de maíz” y bailamos hoy para expresar nuestros anhelos y luchas por una vida en igualdad, libre de violencia y por la soberanía alimentaria.

Suscriben esta invitación a hacerse presente en frente a Casa Presidencial en Zapote a las 10:30 a.m. para bailar, conmemorar nuestra fuerza, reclamar los pendientes para con los derechos de las mujeres y defender la vida del maíz autóctono.

Firman:

Grupo “Uniendo fuerzas el 8 de marzo en Costa Rica” (compuesto por más de 20 iniciativas de mujeres)

Articulación Feminista Mesoamericana Petateras Costa Rica
(y todas las otras que lo están suscribiendo)

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